miércoles, 30 de mayo de 2012

De luchadores antifascistas o cuando la intolerancia abre la puerta a “eliminaciones” varias

El pasado 4 de mayo el Regidor de Juventud y Deporte (ERC), Marc Almendro Campillo, publicó en su perfil de FB, y en el mío, lo siguiente: “Hi ha gent que no té problemes a l'hora de parlar. Hi ha gent que no coneix aquella dita àrab que diu "ets esclau de les teves paraules i amo dels teus silencis". Altres simplement són uns feixistes i aquest és el cas del regidor del PP d'Alella que s'atreveix a escriure al Full, parlant de l'Homenatge a la República organitzat per l'Ajuntament d'Alella, "eso sí, cada 14 de abril sigue homenajeando a un régimen que acabó con la vida de muchos españoles". Com diria Sòfocles "Javier Berzosa, calla. Molts avantatges té el silenci".”. Después, hubo comentarios en los que se instaba a echar a los “fascistas” de Alella, se me trataba de “personajillo”, “estúpido”…lindezas varias nacidas del respeto y la educación. La preocupación reside en concretar el tipo de eliminación que pretenden algunos de quienes no piensan igual. Si “sólo” pretendieran una eliminación intelectual sería algo reprobable, totalitario y “fascista”, En democracia y libertad nadie puede matar a las ideas. Si las eliminaciones pretendidas fueren físicas estaríamos ante un escenario idéntico al que se produjo justamente durante el régimen republicano. El 21 de julio de 1936, mediante un Decreto, la Generalitat, presidida por Companys, creó el Comité Central de Milicias Antifascistas que abrió la puerta a las milicias armadas de ERC, entre otros, a cárceles privadas, detenciones ilegales, ejecuciones sin juicios. Los asesinados eran, principalmente, empresarios, militares retirados, nobles, intelectuales, sacerdotes, católicos… Acusados burdamente de “fascistas” eran asesinados sin control legal alguno pero desde la legalidad republicana revolucionaria. En menos de 3 meses de actividad de los antifascistas fueron asesinados unos 5.000 ciudadanos que no pensaban igual. Explicar la verdad no puede ser objeto de castigo. La verdad de lo que ocurrió durante el régimen de la segunda República en el periodo de guerra es conocida gracias a los testimonios de quienes sobrevivieron a las torturas y a las checas. Sus responsables nunca han perdido perdón a sus víctimas. Si la represión franquista denunciada por los republicanos es reprobable, no puede serlo menos la represión republicana. Cualquier víctima merece el mismo respeto y duelo. Aunque le moleste al regidor de ERC.
(Artículo revista municipal El Full, junio 2012)

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